La carne vuelve a estar en el ojo de la tormenta. Mientras algunos sectores sostienen que la venta disminuyó y que muchos optan por comprar pollo y cerdo, otros aseguran que se incrementó la venta por la estabilidad del precio y la cantidad de oferta de carne que hay.
"La sequía obliga al productor que no puede retener a sus animales, engordarlos a corral en la mitad de tiempo y sacárselos lo más rápido posible. Esto provocó que la faena aumente un 11% en este 2023, lo cual no es una buen noticia a futuro por la seca, la mala proyección de preñeces para este año y el anticipo de ventas que se está dando", explicó Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes, en diálogo con Radio Mitre Santa Fe.
El empresario sostuvo que "genera un alivio en el consumidor porque está pagando la carne al precio del mes de enero. Al no haber mayor oferta, el precio no puede subir y hoy el atraso es entre el 25 y el 30 por ciento". En ese sentido vaticinó que "el impacto en precios, seguramente a fin de año, será alto y va a recuperar el atraso que tiene. Este atraso es de tres meses aproximadamente".
Schiariti afirmó que su preocupación radica en que "el año que viene porque va a haber menos producción de carne. Todavía tampoco sabemos cuántas vacas se murieron por la sequía".